"Sanguinarius. 13 historias de vampiros" de VV.AA

Pocas cosas hay más antiguas que el miedo. Es un sentimiento que acompaña al ser humano desde su más tierna infancia. Son diversas las causas que lo ocasionan, pero me atrevería a asegurar que las imágenes demoníacas se repiten en nuestras pesadillas de manera constante, llevándose estas todo el protagonismo. Estos seres son producto y origen de todo pecado, y su propósito es contaminar a la humanidad, alimentarse de ella y destruirla. En todas las culturas del mundo hay diversas formas demoniacas capaces de erizarnos el vello con una simple y superficial descripción, siendo el vampiro una de sus formas más conocidas, presente en múltiples tradiciones alrrededor del globo.

El ser vampírico es la personificación del proposito del mal sobre la tierra. Es corrupción, enfermedad, sombra, lujuria y muerte. Es quizás esta la respuesta a que el mito exista desde los confines de Asia hasta las altas cordilleras americanas, aterrorice a los habitantes del centro de Europa y sea protagonista de ritos y plegarias en lo profundo del continente africano. El mito popularizado en la literatura del siglo XIX es una mezcla de la tradición vampírica europea, con grandes semejanzas al "súcubo" o vampiro de Oriente Próximo, y el toque que el movimiento romantico concede a este enigmático personaje. 

En gran parte del continente europeo el vampiro está directamente relacionado con el consumo de sangre, elemento considerado portador del alma humana. El muerto viviente sale de su tumba, y en su acto depredador ocasiona una terrible enfermedad a la víctima, que acaba languideciendo hasta su muerte. En el arco atlántico el chupasangre es substituído por el fantasma merodeador y succionador de vida, pero en muchas ocasiones no necesariamente a través de la sangre. Este demonio es un ser que cabalga entre lo espiritual y lo físico, con capacidad de transformarse a su antojo, introducirse en tus sueños y destrozarte física y mentalmente.

La época romántica recupera al vampiro tradicional en pleno extasis de la ciencia y la razón. Un hermoso ser que vive entre el mundo de los muertos y el de los vivos, la hermosa joven de piel como la cal y ropajes blancos o el enigmático hombre de hábitos anticuados y mirada profunda, la personificación del mal ideal para esta época en la que la lujuria y la muerte generaban tanto temor como atracción. La leyenda había sobrevivido en las aisladas ínsulas atlánticas, las frías tierras del norte y las tradicionales naciones del este, y allí tendrían lugar los más conocidos relatos sobre vampiros, como Carmilla, en las tierras de Estiria o Drácula, en la montañosa Transilvania. El vampiro era un virus capaz de aniquilar comarcas enteras, cuyo efecto trascendía al deterioro del cuerpo humano, infectando el alma y condenando al enfermo al fuego eterno.

Quise explorar la evolución del vampiro desde el siglo diecinueve hasta la actualidad, y con ello analizar  la literatura que hable de este estelar ser demoníaco, y para logralo me serví de un libro cuyo sugerente título se antojaba perfecto. Se trata de la selección de relatos "Sanguinarius, 13 historias de vampiros", de la (espectacular) Editorial Valdemar. A través de diversos relatos con una cronología comprendida entre comienzos del XIX hasta finales del siglo XX observaremos el devenir del vampirismo en la literatura contemporánea.

En los siete primeros relatos se hace uso de la figura tradicional del vampiro en su versión más romántica, introduciendose en el folklore de diversas naciones europeas, como Croacia, Escocia o Irlanda. Este demonio puede presentarse en una forma fantasmal o como muerto viviente, y su propósito fundamental es absorber la esencia vital de su victima y cumplir asi su finalidad o pacto con el maligno. En "La Novia de las Islas" de Polidori, Nodier y Lord Byron nos trasladamos a las nebulosas tierras de Escocia, en una historia con fuerte presencia de los mitos célticos y con un vampiro galán y fantasmagórico. En los dos relatos que lo siguen el lector se trasladará al continente visitando los Cárpatos en la historia anónima de "El extraño misterioso", con gran semejanza a la novela de Stoker, y disfrutando de la belleza de centroeuropa en "El esqueleto del Conde o el Amante Vampiro" de Elizabeth Caroline Grey, un relato similar a la trama del Frankestein de Shelley. Se recupera el ser vampírico con características de espírito/súcubo con los títulos "La tumba de Ethelin Fionguala" de Julian Hawthorne y "Concesión de Libertad" de Mary Cholmondeley, ambientadas en Irlanda e Inglaterra respectivamente. En "Historia Verdadera de un Vampiro" de Eric Stenbock observaremos los actos de la mítica Carmilla en las fechorías llevadas a cabo por su terrorífico protagonista. Y finalmente, en la hermosa y gélida Islandia tendrá lugar un horrible episodio digno de un capítulo de "Juego de Tronos" más allá del muro, con "Grettir en la granja de Thornhall" de Frank Norris.

Los otros seis relatos abren la puerta a la imaginación y a la modernidad a través de historias enérgicas e innovadoras. Se puede considerar a "La visita de J.H. Obereit a las sanguijuelas del tiempo" de Gustav Meyrink, autor del enigmático clásico "El Golem", como un relato de ciencia ficción que me atrevo a comparar al terror cósmico lovecraftiano, donde monstruos de otros tiempos juegan con la realidad. Mis dos historias favoritas trasncurren al otro lado del Atlántico, en dos metrópolis americanas donde peligros ancestrales pueden hacer acto de presencia en el momento menos pensado. "Yo el Vampiro" de Henry Kuttner nos traslada a la época dorada de Hollywood, y entre los sets de grabación se desarrollará una arquetípica historia pasional entre el demoníaco galán mortecino y la hermosa joven que corre peligro. En "Tan cerca de la oscuridad" de Theodore Sturgeon nuestra protagonista deberá luchar por sobrevivir en la inquieta Manhattan, conducida a la locura por las artimañas de un vampiro cuya sombra sigilosa se mueve entre los rascacielos de la Gran Manzana.

Los últimos tres relatos los firman grandes autores del género, como Robert Bloch, autor de "Psicosis", Richard Matheson, creador de títulos de culto como "Soy Leyenda" o "La Casa Infernal", y Ray Russell. De este último es "Sanguinarius", historia que bautiza al compendio de relatos, y que nos narra la sádica y legendaria vida de la Condesa de Bathory imaginada por el autor. Tiene una calidad extraordinaria y una protagonista carismática, lo que hace de este relato algo inolvidable. En "Primer Aniversario", Matheson se reafirma a sí mismo como un auténtico genio del horror. Una narración moderna que te helará la sangre. Por último pero no menos importante, Bloch nos obsequia con "El muerto viviente", un relato que cabalga entre lo cómico y lo terrorífico en un ambiente bélico a comienzos del siglo XX, y que pone la guinda a una selección brillante e intrépida. En estos últimos seis titulos el vampiro ya no es un espiritu maléfico, puede ser un psicópata sanguinario, un dandy desgraciado o tu vecino de enfrente. El terror se transforma y el vampirismo lo hace con el, el vampiro es la pesadilla perfecta (¡Y eterna!)

Valdemar no defrauda, y en esta ocasión se corona con un libro de lo más interesante para cualquier amante del género que se precie.

Puntuación: 8'5 de 10 ⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐


Comentarios

  1. ¡Hola, El enfermo literario!,
    A nosotras también nos encantan los vampiros y este libro, que no conocía, me parece muy interesante porque va mostrando la evolución del vampiro hasta la idea que tenemos de estos seres hoy día :)
    Gracias por traerlo. Me lo anoto ;)
    Nos leemos. Hasta pronto :D

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