"Arrodíllate" (Fall on Your Knees) de Ann-Marie MacDonald. "Todos han muerto".

“Todos han muerto.

Esta es una fotografía del pueblo en que vivieron”.

Pocas novelas empiezan con tal abrupta declaración de intenciones. Las dos primeras frases nos dejan sin respiración, impactando en nuestro corazón con la dureza de saber que nos adentramos en un relato que no nos va a dejar indiferentes. Más aún, la intuición nos hace percibir de antemano que nuestra entereza no saldrá indemne  a las siguientes líneas.

“Esta es una fotografía de la casa tal como era entonces (…). En la parte de atrás está la cocina donde murió mamá”.

Otra vez la inquietud de las primeras líneas, sólo un poco más abajo, en la primera página, una primera página que ya ha conseguido sumirnos en una especie de pesadumbre y desasosiego que nos anima a seguir leyendo y sumergirnos en una historia de familia que intuimos trágica.

No seguiré desentrañando pasajes de esta magnífica novela, pues no creo que sea necesario para persuadiros de que acudáis rápido a la librería más próxima para comprarla. Si bien la obra y la propia autora no son demasiado conocidas, nos encontramos ante un relato dolorosamente fascinante, de esos que no pueden faltar en la estantería de cualquier lector que ame las historias bien contadas. Ann-Marie MacDonald, en mi opinión, teje como nadie las redes familiares con una maestría propia de los más grandes literatos que puedan pasar por nuestra imaginación en un pensamiento rápido, y eleva ese microcosmos que es la familia a la categoría de la épica más heroica en "Arrodíllate" (1996), su primera obra narrativa. 

Los adjetivos que podría aplicar a esta novela son muchos y variados: cruel, fascinante, triste, dura y, sobre todo, humana, demasiado humana... todos ellos entrelazados sólida y equilibradamente.

“Mira la calle en que vivieron. La calle del Agua (…) esos suspiros que se oyen son solo el mar”.

Puntuación: 10 de 10 ❤️ ❤️ ❤️ ❤️ ❤️ ❤️ ❤️ ❤️ ❤️ ❤️ 

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