"El viaje del elefante" (A Viagem do Elefante) de José Saramago

“El viaje del elefante” (2008) es una de las últimas novelas del escritor portugués, ganador del Premio Nobel, José Saramago. Tras la publicación de esta, solamente le seguiría una más, “Caín”, publicada en 2009, y “Claraboya”, publicada de forma póstuma en 2009 pero escrita en 1953. Se trata pues de una obra madura que Saramago nos deja casi a modo de legado, como si de una alhaja se tratara, para recrearnos en su creación una vez nos faltara su autor. Tal es el alto concepto que tengo yo de esta obra, escrita con un refinamiento y exquisitez solamente al alcance de los más sobresalientes genios de la literatura. 

El argumento está fundamentado en un hecho histórico real, de esos que reafirman el extendido y bien conocido dicho de que “la realidad supera la ficción”, pues situándonos en los albores del S.XVI, un elefante asiático cruzó a pie y escoltado por un nutrido cortejo buena parte del continente europeo desde Lisboa hasta Viena a modo de obsequio del rey Juan III de Portugal a su primo el emperador Maximiliano II de Austria por sus esponsales. Así pues, esta hazaña histórica sirve de pretexto al genio Saramago para hilar una crónica en la que, sirviéndose de una finísima ironía, profundiza en la existencia humana. Lo que el propio autor calificó como “cuento”, casi adquiere tintes filosóficos en ciertas ocasiones, siempre con nuestro elefante, de nombre Salomón y luego Solimán como el pilar que sustenta y evita la debacle. Salomón o Solimán es una suerte de protagonista impasible y resignado que acepta su destino y su camino como consecuencia de los caprichos de la humanidad, una humanidad antojadiza y arbitraria representada en esos dos monarcas y en la cohorte que le acompaña en su periplo y que causa no pocas contrariedades.

En los múltiples personajes que aparecen a lo largo de la narración vemos reflejados un sinnúmero de defectos, perversidades y flaquezas, que caminan de la ignorancia a la sabiduría, de la crueldad a la clemencia y de la soberbia a la humildad. Estas debilidades del género humano, siempre narradas con socarronería en situaciones absurdas, están equilibradas con la figura del elefante que, como digo, se erige casi como un sabio de la antigüedad.

La novela me recuerda en ocasiones a la novela renacentista, al género caballeresco casi como si estuvieras imbuido de ese ambiente de la Europa del Antiguo Régimen en la época de los grandes descubrimientos.

La narración que nos ofrece Saramago es muy típica de su prosa, casi sin signos de puntuación ni diálogos señalados en el texto, lo cual no resulta tedioso en momento alguno por lo trepidante del relato y la ternura de la historia.

Es una buena novela para aproximarse a la obra de Saramago que no debéis dejar pasar la ocasión de leer si tenéis oportunidad, porque es una auténtica joya de la literatura contemporánea.

Puntuación: 9/10 ⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐