"Tiburón" (Jaws) de Peter Benchley. "La muerte blanca"
TIBURÓN.
El título de la novela ofrece poco margen de error para el ávido lector que se
disponga a adentrarse en la ópera prima de Peter Blenchley. Podemos acercarnos
a la novela con la simple premisa de que nos vamos a encontrar una sucesión de
escenas cruentas y sanguinarias en las que un enorme tiburón devora gente, si
bien la visión es excesivamente ingenua. En “Tiburón” hay mucho más, y las reflexiones que podemos advertir a lo
largo de la lectura pueden hacer de esta una experiencia más enriquecedora que,
supongo, se encontraba en la intención creadora del autor. No debemos olvidar
que la novela fue publicada en 1974, época en la que los problemas económicos,
sociales, políticos, etc. en Estados Unidos eran enormemente acuciantes.
El
primero de los conceptos que subyacen en el relato de forma secundaria y velada
pero constante es el del conflicto entre clases sociales. Los habitantes del
pueblo de Amity (donde se desarrollan los hechos) pertenecen a un estrato de la
sociedad que depende de los ricos veraneantes para la supervivencia de sus
negocios y, en consecuencia, para su propia supervivencia. Las más de las
decisiones erradas que se toman en relación a la aparición del tiburón, y que
provocarán muertes, están íntimamente conectadas con este conflicto. Si los
turistas ricos no acuden al pueblo, los habitantes del mismo se arruinan.
Esta
misma idea de la lucha social condiciona, a menor escala pero a igual
intensidad, el matrimonio del protagonista, el jefe de policía de Amity, Brody,
y su esposa Ellen. Él perteneciente a la población local, ella una rica veraneante
que ve alterado su estilo de vida al casarse (por amor, eso sí), con un hombre
humilde.
La
corrupción es otro leitmotiv en “Tiburón”,
que además está íntimamente relacionado con lo anterior. Las presiones que
recibe el jefe de policía para no cerrar las playas tras el ataque del tiburón
responden a intereses poco legítimos de las élites municipales y de la prensa,
otra de las protagonistas de la corruptela local.
El
tercer planteamiento que yo destacaría, y quizás el más importante es el del
ecologismo y la protección del medio ambiente, y sale a relucir sobre todo tras
la llegada de Quint, la persona contratada para cazar al tiburón, aunque ya
aparece de forma velada en otros momentos cuando se habla de la masificación
turística de la zona o la suciedad de las playas.
Estas
licencias del autor al abordar estos temas en su obra se explican con la propia
biografía de Peter Benchley. Nieto e hijo de periodistas y escritores, editor
de la revista Newsweek, trabajó en el
Washington Post y la revista National
Geographic, además de pertenecer a la asociación ecologista National Council of Enviromental Defense. Se
entiende, por tanto, su posición combativa respecto a ciertos temas.
En
cuanto a la estructura de la novela, está dividida en tres partes y, pese a que
el tiburón planea sobre todas ellas, pues es el causante de los problemas que
se originan en la vida de los protagonistas, sus apariciones se circunscriben a
la primera parte, donde se producen las primeras muertes, y la última, cuando
se organiza la caza del animal. En medio tienen lugar otras subtramas: la más
destacable es la que tiene como protagonistas al matrimonio Brody-Ellen y al
tercero en discordia, Hooper, que se entromete entre ellos y saca a relucir la
insatisfacciones de Ellen.
Ninguno
de los personajes alcanza un desarrollo personal demasiado destacable a lo
largo de la novela, a excepción del jefe de policía Brody, con el que quizá
llegamos a empatizar más. Algunos consideran protagonista indiscutible al
tiburón, aunque yo no comparto esa idea en absoluto. Es más, creo que si bien
es un colaborador necesario para el desarrollo de la novela, no es más que la
chispa que enciende todos los problemas, quedándose después más bien en un
segundo plano.
Espero vuestros comentarios e impresiones
queridiños!!!
Puntuación: 7 de 10 ⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐
➡️Recomendaciones cinéfilas: Tiburón (1975), en la que el propio Peter Benchley fue guionista.
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